Nuestro sector ha alcanzado un importante nivel de madurez plenamente reconocido en el concierto internacional, pero enfrenta hoy desafíos muy relevantes para avanzar hacia una nueva etapa en su desarrollo. Ello producto de las demandas propias de un mundo que debe hacer frente a las consecuencias ambientales del cambio climático, la revolución tecnológica y el desarrollo de diversos procesos sociales, como el crecimiento de la población, la migración rural-urbana y el empoderamiento de las comunidades, tanto locales como globales.
A juicio de organismos internacionales, esto representa la necesidad de avanzar hacia un desarrollo global del sector forestal en un planeta con cada vez menos tierra, menos agua, en un ambiente más contaminado y con mayores conflictos sociales.
A nivel de nuestro país, la incorporación de estándares de manejo, producción y relacionamiento certificados por organismos internacionales, impulsado por los sectores de plantaciones y bosque nativo, nos ha abierto hacia nuevos modelos de desarrollo sustentable del sector, basados en un cuidado equilibrio entre cuestiones ambientales, sociales y económicas. Con ello, junto con ampliar nuestro acceso a mercados, nos ha permitido sentar las bases para una mejor relación con nuestro entorno, tanto ambiental como social, ya que se han impulsado la implementación de nuevas técnicas de silvicultura en plantaciones y manejo sustentable del bosque nativo, una mayor sofisticación industrial, el manejo integral de cuencas, la incorporación de la escala del paisaje en plantaciones y operaciones, la restauración de arborización nativa, la formación en nuevas capacidades para nuestros trabajadores y colaboradores, y la promoción de un diálogo fecundo con nuestras comunidades vecinas y sociedad en general.
Juan José Ugarte Gurruchada
Presidente de Corma
Nuestro sector ha alcanzado un importante nivel de madurez plenamente reconocido en el concierto internacional, pero enfrenta hoy desafíos muy relevantes para avanzar hacia una nueva etapa en su desarrollo. Ello producto de las demandas propias de un mundo que debe hacer frente a las consecuencias ambientales del cambio climático, la revolución tecnológica y el desarrollo de diversos procesos sociales, como el crecimiento de la población, la migración rural-urbana y el empoderamiento de las comunidades, tanto locales como globales.
A juicio de organismos internacionales, esto representa la necesidad de avanzar hacia un desarrollo global del sector forestal en un planeta con cada vez menos tierra, menos agua, en un ambiente más contaminado y con mayores conflictos sociales.
A nivel de nuestro país, la incorporación de estándares de manejo, producción y relacionamiento certificados por organismos internacionales, impulsado por los sectores de plantaciones y bosque nativo, nos ha abierto hacia nuevos modelos de desarrollo sustentable del sector, basados en un cuidado equilibrio entre cuestiones ambientales, sociales y económicas. Con ello, junto con ampliar nuestro acceso a mercados, nos ha permitido sentar las bases para una mejor relación con nuestro entorno, tanto ambiental como social, ya que se han impulsado la implementación de nuevas técnicas de silvicultura en plantaciones y manejo sustentable del bosque nativo, una mayor sofisticación industrial, el manejo integral de cuencas, la incorporación de la escala del paisaje en plantaciones y operaciones, la restauración de arborización nativa, la formación en nuevas capacidades para nuestros trabajadores y colaboradores, y la promoción de un diálogo fecundo con nuestras comunidades vecinas y sociedad en general.
Ello a partir de un gremio muy rico y diverso en su estructura, con formas particulares de desarrollo regional y una manera propia de entender la industria, la relación con el territorio y su inserción en la comunidad. Contamos con los aportes y riqueza de cultura organizativa de la pequeña, mediana y gran empresa, tanto forestal como industrial. Día a día nos relacionamos con los contratistas forestales, nos integramos al campo de la investigación científica y la formación profesional y técnica, y a través de nuestras ferias y otros canales de comunicación nos relacionarnos de manera continua con la sociedad. Es esta visión, la de formar parte de un conjunto rico y diverso, la que debe ser relevada y enriquecida, para aportar todos al desarrollo de este sector que, sin duda, es uno de los pilares del desarrollo sustentable de nuestro país.
La publicación de la memoria de este año coincide con el proceso de planificación de la CORMA, un tiempo propicio para soñar con los ojos abiertos sobre el futuro del sector.Esto nos ha permitido participar de diálogos regionales con distintos actores, tanto los internos: profesionales, técnicos, ejecutivos y trabajadores, como externos, provenientes del ámbito político, académico, otros gremios, de las comunicaciones y representantes de organizaciones sociales, que se relacionan y mantienen un positivo interés sobre el futuro de nuestro sector.
Ello ha posibilitado, por ejemplo, adentrarnos en la profundidad que representa la catástrofe acontecida en la Región del Maule, con el incendio del año 2017. Lamentablemente allí, si no se actúa con decisión y visión de largo plazo en materia de abastecimiento y reforestación para la pequeña empresa y micro propietarios forestales, podemos proyectar una situación muy compleja. Esto puede llegar a representar una verdadera crisis social y ambiental, de profundo impacto en comunas que han vivido por generaciones de la actividad forestal. Es por ello que, en conjunto con los actores locales y representantes de las empresas, estamos trabajando junto a los Ministerios de Agricultura (CONAF) y Economía (CORFO), con quienes hemos avanzado hacia un inédito acuerdo público-privado, que elabore un plan de acción que permita volver a poner en pie a parte importante de esta industria.
Este escenario demandará un esfuerzo colaborativo para construir una región modelo de desarrollo forestal futuro. El Maule es el corazón de la producción maderera de Chile, y tenemos que recuperarla no solo en su estatus del pasado, sino proyectarlo hacia una industria con mayor valor agregado, y con el mejor estándar de certificación internacional que le permita abrir nuevos mercados.
Ello a partir de un gremio muy rico y diverso en su estructura, con formas particulares de desarrollo regional y una manera propia de entender la industria, la relación con el territorio y su inserción en la comunidad. Contamos con los aportes y riqueza de cultura organizativa de la pequeña, mediana y gran empresa, tanto forestal como industrial. Día a día nos relacionamos con los contratistas forestales, nos integramos al campo de la investigación científica y la formación profesional y técnica, y a través de nuestras ferias y otros canales de comunicación nos relacionarnos de manera continua con la sociedad. Es esta visión, la de formar parte de un conjunto rico y diverso, la que debe ser relevada y enriquecida, para aportar todos al desarrollo de este sector que, sin duda, es uno de los pilares del desarrollo sustentable de nuestro país.
La publicación de la memoria de este año coincide con el proceso de planificación de la CORMA, un tiempo propicio para soñar con los ojos abiertos sobre el futuro del sector.Esto nos ha permitido participar de diálogos regionales con distintos actores, tanto los internos: profesionales, técnicos, ejecutivos y trabajadores, como externos, provenientes del ámbito político, académico, otros gremios, de las comunicaciones y representantes de organizaciones sociales, que se relacionan y mantienen un positivo interés sobre el futuro de nuestro sector.
Ello ha posibilitado, por ejemplo, adentrarnos en la profundidad que representa la catástrofe acontecida en la Región del Maule, con el incendio del año 2017. Lamentablemente allí, si no se actúa con decisión y visión de largo plazo en materia de abastecimiento y reforestación para la pequeña empresa y micro propietarios forestales, podemos proyectar una situación muy compleja. Esto puede llegar a representar una verdadera crisis social y ambiental, de profundo impacto en comunas que han vivido por generaciones de la actividad forestal. Es por ello que, en conjunto con los actores locales y representantes de las empresas, estamos trabajando junto a los Ministerios de Agricultura (CONAF) y Economía (CORFO), con quienes hemos avanzado hacia un inédito acuerdo público-privado, que elabore un plan de acción que permita volver a poner en pie a parte importante de esta industria.
Este escenario demandará un esfuerzo colaborativo para construir una región modelo de desarrollo forestal futuro. El Maule es el corazón de la producción maderera de Chile, y tenemos que recuperarla no solo en su estatus del pasado, sino proyectarlo hacia una industria con mayor valor agregado, y con el mejor estándar de certificación internacional que le permita abrir nuevos mercados.
La Región del Biobío en tanto, “Capital Forestal” del país, tiene sus propios desafíos productivos. Por sus puertos sale el 80% de las exportaciones forestales y en sus industrias se genera el 70% de la producción nacional. Sus actores han planteado múltiples propuestas para aumentar su competitividad mundial, donde juega un papel muy importante la modernización de la infraestructura productiva, con carreteras y trenes habilitados para transportar mayores capacidades de carga. Junto a estos temas de movilidad y logística, surge el desafío de atraer talento y desarrollar las capacidades de nuestros colaboradores, a través de carreras profesionales y técnicas atractivas para los jóvenes, de manera de proyectarlos como uno de nuestros principales activos como sector productivo.
En la Araucanía, donde una de cada seis familias tiene alguna relación laboral con nuestro sector, se pueden percibir que circulan nuevos aires de entendimiento. Estamos aquí impulsando un trabajo muy de la mano con la comunidad, academia, pueblos originarios, microempresas o empresas de tamaño menor, para implementar una potente agenda social y productiva.
Ello a partir de proyectos con alto valor agregado como pisos, muebles o bien productos o actividades no maderables como cosecha de frutos y desarrollo turístico, que apunta a poner en valor una zona con un sector forestal diverso tanto en paisaje como en estructura de propietarios, y donde el recurso forestal está llamado a cumplir un rol relevante en el desarrollo integral de la región.
Con la Región de Los Ríos, y desde allí también con el mundo del bosque nativo, hemos ido configurando este proceso de construcción de la agenda. Compartimos con ellos el desafío que representa una Ley del Bosque Nativo que no ha entregado los frutos que se esperaba de ella, y por lo mismo no ha podido incorporar todo su potencial para el desarrollo sustentable de la región y el país. Celebramos la buena noticia que representa el próximo inicio de producción de la nueva celulosa textil, y nos hicimos parte las inquietudes de la pequeña empresa. Se nos invitó a fortalecer nuestro trabajo con las universidades y acrecentar nuestros vínculos con la comunidad, ajustando nuestra capacidad de escucha, diálogo y construcción de futuro con todos ellos. Todo esto, que hemos recogido en cada región, sin duda será parte de nuestras propuestas gremiales.
La Región del Biobío en tanto, “Capital Forestal” del país, tiene sus propios desafíos productivos. Por sus puertos sale el 80% de las exportaciones forestales y en sus industrias se genera el 70% de la producción nacional. Sus actores han planteado múltiples propuestas para aumentar su competitividad mundial, donde juega un papel muy importante la modernización de la infraestructura productiva, con carreteras y trenes habilitados para transportar mayores capacidades de carga. Junto a estos temas de movilidad y logística, surge el desafío de atraer talento y desarrollar las capacidades de nuestros colaboradores, a través de carreras profesionales y técnicas atractivas para los jóvenes, de manera de proyectarlos como uno de nuestros principales activos como sector productivo.
En la Araucanía, donde una de cada seis familias tiene alguna relación laboral con nuestro sector, se pueden percibir que circulan nuevos aires de entendimiento. Estamos aquí impulsando un trabajo muy de la mano con la comunidad, academia, pueblos originarios, microempresas o empresas de tamaño menor, para implementar una potente agenda social y productiva.
Ello a partir de proyectos con alto valor agregado como pisos, muebles o bien productos o actividades no maderables como cosecha de frutos y desarrollo turístico, que apunta a poner en valor una zona con un sector forestal diverso tanto en paisaje como en estructura de propietarios, y donde el recurso forestal está llamado a cumplir un rol relevante en el desarrollo integral de la región.
Con la Región de Los Ríos, y desde allí también con el mundo del bosque nativo, hemos ido configurando este proceso de construcción de la agenda. Compartimos con ellos el desafío que representa una Ley del Bosque Nativo que no ha entregado los frutos que se esperaba de ella, y por lo mismo no ha podido incorporar todo su potencial para el desarrollo sustentable de la región y el país. Celebramos la buena noticia que representa el próximo inicio de producción de la nueva celulosa textil, y nos hicimos parte las inquietudes de la pequeña empresa. Se nos invitó a fortalecer nuestro trabajo con las universidades y acrecentar nuestros vínculos con la comunidad, ajustando nuestra capacidad de escucha, diálogo y construcción de futuro con todos ellos. Todo esto, que hemos recogido en cada región, sin duda será parte de nuestras propuestas gremiales.
También hemos estado fortaleciendo los vínculos con diversos gremios productivos para que las actividades forestales tengan una relación más estrecha con el mundo industrial, agrícola, portuario, de transporte y logística, y la actividad comercial del país. Hemos concretado reuniones muy auspiciosas al interior de la SOFOFA, con la SNA, la Cámara Chilena de la Construcción y la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, gremios que al igual que CORMA, quieren ser parte del desarrollo sostenible del país.
Al mismo tiempo, nos hemos reunido con las asociaciones de contratistas forestales (ACOFORAG), pequeños y medianos forestales (PYMEFOR) y madereros (PYMEMAD), para avanzar en la construcción de una agenda común del sector forestal productivo. En este ámbito hay consenso en la necesidad de impulsar fuertemente la capacitación, innovación tecnológica, políticas públicas y fluidez en los temas reglamentarios para el desarrollo de las pymes.
Estamos viviendo un nuevo ambiente en términos de capacidad de diálogo entre los entes productivos y las comunidades, particularmente, nuestros pueblos originarios. Se han hecho esfuerzos desde todos los sectores para producir espacios de diálogo y entendimiento. Si bien nos preocupa y afecta la persistencia de ataques contra actividades productivas que afectan a trabajadores y empresas de distinto tipo, valoramos que el país busque alcanzar grandes acuerdos en la Araucanía. Como agrupación forestal nos hemos reunido con representantes ante la CONADI, y hemos manifestado nuestra disponibilidad para avanzar en dicho diálogo.
También hemos estado fortaleciendo los vínculos con diversos gremios productivos para que las actividades forestales tengan una relación más estrecha con el mundo industrial, agrícola, portuario, de transporte y logística, y la actividad comercial del país. Hemos concretado reuniones muy auspiciosas al interior de la SOFOFA, con la SNA, la Cámara Chilena de la Construcción y la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, gremios que al igual que CORMA, quieren ser parte del desarrollo sostenible del país.
Al mismo tiempo, nos hemos reunido con las asociaciones de contratistas forestales (ACOFORAG), pequeños y medianos forestales (PYMEFOR) y madereros (PYMEMAD), para avanzar en la construcción de una agenda común del sector forestal productivo. En este ámbito hay consenso en la necesidad de impulsar fuertemente la capacitación, innovación tecnológica, políticas públicas y fluidez en los temas reglamentarios para el desarrollo de las pymes.
Estamos viviendo un nuevo ambiente en términos de capacidad de diálogo entre los entes productivos y las comunidades, particularmente, nuestros pueblos originarios. Se han hecho esfuerzos desde todos los sectores para producir espacios de diálogo y entendimiento. Si bien nos preocupa y afecta la persistencia de ataques contra actividades productivas que afectan a trabajadores y empresas de distinto tipo, valoramos que el país busque alcanzar grandes acuerdos en la Araucanía. Como agrupación forestal nos hemos reunido con representantes ante la CONADI, y hemos manifestado nuestra disponibilidad para avanzar en dicho diálogo.
Las actividades que da cuenta esta Memoria muestran que estamos participando en distintas mesas de trabajo con actores públicos, comunidades, empresas, actores locales, investigadores y centros de estudios, para abordar en forma específica, realista y honesta distintos temas de interés y donde se plantean con respeto puntos de vista y se han logrado importantes convergencias, como es el caso del Consejo de Política Forestal y el Protocolo de Plantaciones Forestales.
Quiero invitar a todos nuestros asociados a ser parte activa de nuestro sector forestal productivo. Somos una actividad relevante para el futuro de nuestro querido país y debemos proyectarnos de manera ambiciosa hacia el futuro, no solamente por demandas internas del sector, sino porque los propios chilenos nos lo piden. Tenemos que ser capaces de soñar ese país de futuro y aportar a su concreción desde nuestra mirada.
Al finalizar, deseo expresar el reconocimiento de CORMA a mi antecesor, Fernando Raga, quien por más de 30 años hizo un gran aporte al desarrollo del sector desde esta Corporación. Así también, mis sinceros agradecimientos al Consejo Directivo por la confianza y apoyo brindado desde que asumí en este segundo semestre la presidencia gremial, para ser parte y colaborar en la tarea de cumplir con los anhelos de todos sus asociados.
Presidente CORMA
Las actividades que da cuenta esta Memoria muestran que estamos participando en distintas mesas de trabajo con actores públicos, comunidades, empresas, actores locales, investigadores y centros de estudios, para abordar en forma específica, realista y honesta distintos temas de interés y donde se plantean con respeto puntos de vista y se han logrado importantes convergencias, como es el caso del Consejo de Política Forestal y el Protocolo de Plantaciones Forestales.
Quiero invitar a todos nuestros asociados a ser parte activa de nuestro sector forestal productivo. Somos una actividad relevante para el futuro de nuestro querido país y debemos proyectarnos de manera ambiciosa hacia el futuro, no solamente por demandas internas del sector, sino porque los propios chilenos nos lo piden. Tenemos que ser capaces de soñar ese país de futuro y aportar a su concreción desde nuestra mirada.
Al finalizar, deseo expresar el reconocimiento de CORMA a mi antecesor, Fernando Raga, quien por más de 30 años hizo un gran aporte al desarrollo del sector desde esta Corporación. Así también, mis sinceros agradecimientos al Consejo Directivo por la confianza y apoyo brindado desde que asumí en este segundo semestre la presidencia gremial, para ser parte y colaborar en la tarea de cumplir con los anhelos de todos sus asociados.
Presidente CORMA