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Zacarías Sandoval, la historia de una leyenda entre los brigadistas forestales

Con 42 años de experiencia como brigadista forestal y múltiples reconocimientos por su labor, Zacarías Sandoval Pacheco, miembro de la Unidad de desarrollo de la empresa Working on Fire (WOF), destaca la importancia de la labor de los más de 7 mil brigadistas a nivel nacional.

La última temporada de incendios en el país registró más de 7.000 incendios forestales, con una cifra superior a las 80 mil hectáreas afectadas. El trabajo de los más de 7 mil brigadistas privados y de CONAF a lo largo de todo el país fue clave para controlar y apagar los siniestros y proteger el patrimonio natural y la vida de las personas. Así lo entiende Zacarías Sandoval Pacheco, miembro de la Unidad de desarrollo de la empresa Working on Fire (WOF), que ha pasado 42 de sus 67 años de vida, dedicado al combate de los incendios en distintas áreas del sector forestal.

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras más de cuatro décadas en el rubro forestal, el maestro de nuevas generaciones ha recibido múltiples galardones por su trayectoria, en 2004 CORMA lo reconoció como mejor supervisor silvícola, en 2014 el gremio nuevamente lo premió, esta vez por su trayectoria en protección de incendios forestales y sin ir más lejos, este año, este trabajador recibió un reconocimiento de la empresa Arauco, por sus 42 años de trabajo en el rubro. “Este premio me llenó mucho de gratitud, porque he dado mucho de mi vida a este trabajo, pero nunca esperando algo”, relata el experto con especial emoción.

Muy reconocido y valorado por sus pares, quienes expresan su cariño y admiración en cada fotografía suya que aparece en redes sociales, Sandoval, jubiló hace un par de años, pero continúa entregando su vida al rubro y se ha convertido en un brigadista forestal emblemático a quien muchos siguen o tienen de referente como modelo de buen trabajo siendo muy cotizado debido a su prolongada experiencia.

Su historia partió años atrás cuando egresó como técnico agrícola e ingresó a la Corporación Nacional Forestal, CONAF donde adquirió la experiencia y la pasión por el trabajo de brigadista. “Los incendios se aprenden con incendios, no  se aprende de otra manera”, ya que la práctica la va haciendo la experiencia subraya, si bien en su larga lista de capacitaciones figuran cursos en Canadá y España.

“Cuando me inicié en esto no tenía conocimiento que existían las brigadas de incendio ni nada”, explica y agrega que su vida laboral partió en la Región de la Araucanía como jefe de campamento.

En su primer año, Sandoval pidió al jefe del programa poder asistir a los incendios para aprender cómo se realizaba el control de los siniestros participando de más de 10 diferentes capacitaciones las cuales, junto a su determinación, lo llevaron a ser jefe de brigada en su segundo año de labor y a trabajar en empresas como CMPC y Arauco, entre otras.

Desde ese tiempo a la fecha ¿qué cosas han cambiado en el combate de los incendios? 

La técnica en sí de combatir incendios no cambia, lo que ha cambiado es cómo se han ido apagando. Nosotros partimos siendo muy básicos en los elementos que teníamos. Antes no existían los aviones, los helicópteros, no estaban los camiones de ahora con la capacidad de agua que tienen y la tecnología. Hemos ido evolucionando mucho también en capacitación y selección del personal, es muy difícil entrar a las brigadas ahora, porque hay que cumplir hartos requisitos y somos muy estrictos en eso, con los exámenes médicos, físicos y psicológicos, con los periodos de capacitación y entrenamiento que se han ido alargando cada vez más.

Los años de experiencia lo han llevado a enseñar a las nuevas generaciones, ¿cómo ha sido su experiencia enseñando? y ¿cuál es el énfasis principal que intenta traspasar a los nuevos brigadistas? 

Nosotros los brigadistas siempre nos caracterizamos por tener una mística especial que nos hacía diferente a otros trabajadores forestales. Ahora la gente trabaja solo por plata, falta la otra parte que es poner garra, ímpetu, corazón, eso es lo que yo trato de inculcarles, que el trabajo que hacen, si bien es peligroso si no se toman las medidas de seguridad, es un trabajo apasionante.

71 brigadistas han fallecido en el combate de incendios a lo largo de la historia de esta actividad en el país. ¿Ha significado un conflicto para su familia el que participe de esta actividad?  

De principio es bastante complejo, porque la familia pasa a ser un poco brigadista también. Ellos entienden que esto es un trabajo que tiene riesgos, pero si uno le explica a la familia que si este trabajo se hace con todas las medidas de seguridad respetando  las normas, los procedimientos, capacitándose y entrenándose no debería tener problemas.

Yo tengo cinco hijos pero todos son fanáticos de los brigadistas, de hecho  algunos han trabajado en el combate de incendios, ellos siempre vivieron en función de que yo  trabajaba en esta área, pero nunca se cuestionaron que  me podría pasar algo malo trabajando ahí.

Pero Sandoval sí ha estado frente a situaciones de riesgo. El fallecimiento de un brigadista cuando era supervisor, en un incendio en la comuna de Florida, región del Biobío, lo marcó de manera especial. “Era un incendio controlado- casi todos los accidentes fatales han sido cuando los incendios están controlados y quedan algunas islas de los incendios- en el caso de este incendio falleció un brigadista precisamente por no cumplir las instrucciones que estaban dadas”, recuerda con tristeza.

Este tipo de experiencias le han enseñado a Sandoval que el principal rasgo o virtud que debe tener un brigadista es ser una persona muy fría para poder reaccionar ante situaciones que pongan en riesgo la seguridad de él o su equipo y sobre todo, comunicar los cambios que vaya detectando durante las situaciones de riesgo. “Si veo que el fuego está aumentando tengo que ir tomando medidas antes de que pasen las cosas. Nosotros tenemos que ir un paso adelante, y eso se logra con mucha capacitación y experiencia”, afirma.

Tras todas las experiencias vividas, ¿volvería a elegir el rubro forestal?

Cuando conocí el tema de los incendios, yo dije esto es lo que yo andaba buscando… esta va a ser mi profesión y lo volvería a hacer… me gustaría comenzar nuevamente con la experiencia que ahora tengo, a lo mejor ya no cometería los errores del principio, pero todo es un aprendizaje. Cada incendio es una clase al aire libre y ahí es donde uno aprende, uno puede saber la teoría, pero si no ve los incendios en terreno, esa teoría no te va a servir.

El 90% de los incendios forestales es provocado por el hombre, ¿Qué falta para que la gente entienda la importancia de evitar las malas prácticas? 

Falta que entiendan que esto no es un problema de una empresa, no es un problema con una persona, es un problema de país, es un problema de cultura preventiva, de querer nuestros bosques independientemente de quienes sean.  Las empresas forestales generan mucho bienestar a muchas familias, hay que entender que son como cualquier empresa que genera trabajo y bienestar a cientos de familia y si destruimos eso no solo afectamos al medio ambiente, estamos afectando al país.

Sandoval destaca que pese a la alta ocurrencia de incendios, mucha gente que ha cambiado la forma de ver el problema. “Las empresas están mejor preparadas, se han cambiado las estrategias, los tiempos de arribo se han ido acortando y la comunidad se ha involucrado más, tenemos una mejor comunicación y la gente está informando con mayor frecuencia la ocurrencia de incendios”.

 

 

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