La conexión perfecta entre medioambiente, diseño y construcción es la que ha logrado la arquitecta y diseñadora lotina, Susana Herrera, con su empresa Factoria diseño y construcción, dedicada a la elaboración de piezas e infraestructuras en madera con un alto sentido ecológico, las que suman unos 200 proyectos a la fecha.
Su interés por este material partió durante sus viajes por Europa, continente al que arribó cuando tenía 15 años, lo que le permitió que hoy pueda dar una mirada distinta a la materialidad y forma en que trabaja sus proyectos. “Cuando vives afuera conoces más de dónde vienes, entonces surge una necesidad, porque cuando volví a Chile quería encontrar algo más propio, no me interesaba el modernismo, mi búsqueda era por cosas más auténticas, mas de los orígenes. La madera es parte de lo nuestro, mucho más que la modernidad”, explica Susana.
Fue hace 13 años, cuando un empresario turístico del lago Lanalhue en la provincia de Arauco en Biobío, le pidió que diseñara un quincho a las orillas de este cuerpo de agua, oportunidad en que llevó a cabo el proyecto que llamó Trahuel (lugar de encuentro). Luego vendrían otros como el hotel del Centro Turístico Quelen, lugar en que también se pueden dar paseos en un catamarán diseñado por Susana, y el supermercado “El Vergel” en Cañete, siniestrado en 2014.
“Salvo en estructuras que necesiten otro tipo de madera por su complejidad, en el resto usamos pino insigne, la madera que está a la mano, ojalá en un bosque vecino o en el aserradero y con la mano de obra de cerca, porque nuestra filosofía es reducir la huella de carbono”, comenta la arquitecta.
Hace más de una década conoció esta provincia y se enamoró de ella y su relación con el pueblo mapuche, por eso en sus proyectos incluye a artesanos de la zona en la elaboración del espacio y entorno que envuelven a sus creaciones. “Recuerdo cuando partió lo del quincho, el conflicto estaba en plena situación crítica con las comunidades mapuche y dije no, vamos a hacer un quincho que tome los símbolos de esta cultura, porque quería ser un puente entre ellos y la gente que quería trabajar con el turismo, que tenían mucho temor al tema”.
En ese sentido, el interés de Susana es generar un ecosistema fértil, que se contacte con otros para crear un impacto territorial mayor, por eso su disposición a trabajar con las comunidades mapuches que los rodean, chilenos, empresarios, dueños de aserraderos, artesanos, otros.
Trabajo y amor por la madera
Un equipo multidisciplinario de profesionales del diseño, arquitectura e ingeniería, la acompañan en la empresa , que tiene su base en el Cerro La Virgen en Concepción. Sin embargo, la madera y sus vetas también la han llevado por los caminos del mobiliario, creando diferentes líneas de negocio basadas plenamente en ella.
El ingeniero de Automatización, Kassian Obkircher, es su compañero de vida y de trabajo. Se conocieron hace cuatro años en el aeropuerto de Perú cuando ella venía llegando de Machu Picchu y él desde su natal Italia, directamente a trabajar a la Forestal Arauco como representante de General Electric. Fue amor a primera vista, asegura. Luego de un año en que él insistió antes sus superiores por mantenerse en Chile de una u otra forma, decidió renunciar y radicarse en el país.
“Kassian maneja toda la parte energética y la ciencia del proceso, hace las mejoras y nos ha ayudado mucho a ordenar la oficina, a hacerla más eficiente y también a ver cómo mejoramos los procesos productivos para desarrollar las distintas líneas de negocio”, explica.
Su profesión le ha permitido a este italiano afiatarse al tipo de trabajo que realiza Susana, pues sus conocimientos aportan la mirada ingenieril en piezas como sillas, mesas o mecedoras, mezclando perfectamente el diseño con los cálculos matemáticos.
“Por ejemplo, teníamos una mecedora de madera lista, pero nos dimos cuenta que cuando uno se sentaba quedaba muy atrás y sobre todo la gente mayor se asustaba, entonces lo que hicimos fue pasar esta pieza al programa de diseño y ahí ocupamos también la parte del análisis, la sometimos a fuerza e hicimos los cálculos para que quedara perfecta y mucho más cómoda”, explica Kassian.
El valor agregado de la madera
Susana es capaz de dar una amplia mirada a lo que se puede hacer con el material disponible. “El pino es lo que tenemos disponible y está a la mano, pero hay que ocuparlo de manera inteligente. Por eso nos hemos empeñado en poner nuestras capacidades y darle valor agregado a esta madera, le damos tintes, dejamos que se vea la veta y estamos intentando que la gente la valore también, por ejemplo, en las mismas empresas, que se use en el mobiliario, porque no tiene sentido trabajar con melamina o incluso con materiales importados”, enfatizó.
La idea de esta profesional es que las empresas puedan incorporar el uso de la madera en su identidad corporativa, sobre todo aquellas que se dedican al rubro. “En turismo ha sido más fácil porque hay mayor conciencia ambiental, pero hay un tema de responsabilidad social que poco a poco ha hecho que las forestales vuelquen su mirada”.
Para la arquitecta si existe interés por descontaminar es necesario construir en madera, por eso uno de sus próximos proyectos, un edificio de cuatro pisos y de materialidad mixta que se emplazará en calle José Urrutia Manzano de Concepción, incluirá la madera como uno de sus principales elementos.
A esto se suman el lanzamiento del sitio web de su línea “Apapacho”, una serie de escritorios con formas de animales en madera para niños, bajo la premisa de “mascota utilitaria, con mi perro juego a aprender”, que ha tenido gran éxito, y la futura medición de la huella de carbono de “Factoria: diseño y construcción”.
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