Establecer dos huertos semilleros con individuos seleccionados de roble y raulí, según su forma y crecimiento para producir madera es el principal hito que persigue un proyecto destinado a la al mejoramiento y conservación de los recursos genéticos de ambas especies que lleva adelante el Instituto Forestal (INFOR), con apoyo de CONAF y APROBOSQUE, en la Región de Los Ríos.
“Implementación de la segunda generación para el mejoramiento y la conservación de los recursos genéticos de roble y raulí”, es el nombre de esta iniciativa financiada por la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICYT), a través del Fondo “Inserción de capital humano avanzado en el sector productivo”, con un financiamiento de $ 42 millones, durante 36 meses de ejecución.
Al respecto, la investigadora del INFOR y directora del proyecto, Teresa Parada, explica que para lograr los objetivos propuestos, se trabajará con una selección de los mejores individuos de ambas especies, obtenidos desde ensayos de progenie (familia) y procedencia (lugar de origen).
“Este proyecto inicia una línea de investigación sobre tolerancia a la sequía en ambas especies, que permitirá conocer si existen diferencias en la supervivencia bajo eventos de este tipo y en la eficiencia en el uso de agua, entre progenies y procedencias”, acotó la experta y añadió que la idea es buscar familias y procedencias con mayor eficiencia en el uso del agua y probabilidad de supervivencia ante los eventos de sequía, los cuales son cada vez más frecuentes y severos, producto del cambio climático.
El roble y raulí, ambas especies pertenecientes a la familia Nothofagacea, han sido históricamente reconocidas por su la excelente calidad de su madera y sus incrementos volumétricos, es decir, en términos de crecimiento, económicamente compatibles con su utilización maderable.
La doctora Parada agrega, que este proyecto continua con los avances realizados por el Grupo de Conservación y Mejoramiento Genético de INFOR, que entre 1997-2000, a través de un proyecto FONDEF, implementó una red de ensayos de progenie y procedencia, huertos semilleros y áreas productoras de semillas que hoy son parte del patrimonio de conservación genética de más importante del país.
Estos ensayos se montaron con semillas de procedencias, que en el caso del roble se extienden desde la Región Metropolitana hasta la Región de Los Lagos, y el raulí desde la Región del Biobío hasta Los Lagos. “Este material nos permitirá comparar la supervivencia y eficiencia en el uso del agua, entre individuos que vienen del norte, centro y sur de la distribución geográfica de ambas especies”, señaló Teresa Parada.
La investigadora sostuvo que al finalizar el proyecto, “esperamos contar con dos huertos semilleros de segunda generación que permitan obtener semillas de individuos con altas tasas de crecimiento, mejor rectitud, mayor probabilidad de supervivencia bajo sequía y más eficientes en el uso del agua, que los huertos de primera generación ya existentes”.
Mejoramiento Genético
Según el Banco Mundial, el mejoramiento genético constituye un pilar fundamental para mejorar la competitividad del país. El aporte de los recursos genéticos forestales a la economía nacional se duplicó durante la década 2000-2010 y actualmente alcanza un valor nominal de producción de US$5 mil millones en exportaciones de productos forestales, considerando el mercado interno y externo, y productos primarios y silvícolas.
De acuerdo con el investigador del Grupo de Conservación y Mejoramiento Genético de INFOR, Roberto Ipinza, actualmente existen más de 13,5 millones de hectáreas de bosque nativo en nuestro país y sólo el 1,2 % de las divisas, provienen de productos generados a partir de coberturas nativas, cuyo mayor aporte lo constituyen los productos derivados de plantaciones extensivas de las especies exóticas de rápido crecimiento, como el Eucaliptus (Eucalyptus globulus) y el Pino (Pinus radiata).
“En el ámbito nativo, Chile tiene un enorme potencial de desarrollo económico y la oportunidad de implementar una silvicultura sustentable, usando especies como el roble y raulí, entre otras”, acotó el investigador.
Disponibilidad de Semillas
Uno de los desafíos de este proyecto, es que las semillas mejoradas que se obtengan estén disponibles en menor cantidad de años que la que se da en la naturaleza, para abastecer a pequeños y medianos propietarios y silvicultores de bosque nativo, asociaciones gremiales, empresas forestales, programas de restauración y a todos quienes ejecuten la conservación del bosque nativo. “Será CONAF la institución que resguardará este material”, señala Parada.
Asimismo, la implementación propuesta pretende ser un modelo a replicar en otras especies y a expandir en otros ecosistemas, de manera de promover su resiliencia. En esa línea, la directora del proyecto anunció que “queremos ampliar esta línea de investigación a otras especies con potencial económico, como el ulmo, coigüe y lingue, con miras a mejorar la sustentabilidad de los recursos genéticos forestales en Chile”.
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