Chile es un país forestal y de eso no hay duda: casi el 44,6% de los terrenos en el país son de aptitud forestal, el sector aporta con el 2,6% al PIB Nacional, participa con el 7% del total de las exportaciones, a través de la elaboración de alrededor de 400 distintos productos, siendo la celulosa el principal producto exportado, que representa casi el 50% del total, lo que la convierte en un importante aporte económico para el país.
La actividad forestal, además, constituye el segundo sector exportador, después de la minería, totalizando el año 2012 los US$ 5.400 millones. Con este escenario nacional de fondo, el presidente de la Corporación Chilena de la Madera, Felipe Léniz habla sobre la industria forestal en la región.
– ¿Cuál es la situación actual de la industria en la región de Los Ríos y Los Lagos?
Hoy día la producción forestal se basa en las plantaciones de pino y eucalipto principalmente. En el caso del pino, la propiedad del recurso se encuentra muy concentrada, pero se requiere que existan muchos productores distintos, ya que de esa manera nos. aseguramos un sector forestal más competitivo y con una estructura de mayor acceso a la industria, en que funcionen las políticas de mercado más claramente y que así se perciba, situación que actualmente no se da, por diversas razones. Una de ellas es que los forestadores han ido abandonando la plantación de pino (base de la industria maderera) y reforestando con eucaliptus porque tiene una menor rotación; mientras las empresas grandes han continuado forestando con pino para suministrar sus industrias. Lo anterior tiene como consecuencia que la superficie forestada con pino no ha crecido en la última década.
Otra razón es que los pequeños y medianos madereros no han desarrollado bosques propios en cantidad suficiente por los altos recursos requeridos, por lo que es de especial interés para nuestra región que se mantenga el subsidio a la forestación que el Ministerio de Agricultura está apoyando con la modificación y extensión de la ley de fomento forestal, lo que permitirá aumentar la superficie de plantaciones en estos grupos de propietarios.
Es de interés que se pueda aumentar la oferta de bosques en manos de terceros, especialmente en las especies de Pino radiata y Oregón, que son las especies que más se utilizan hoy en la industria del aserrío.
En relación con el Eucaliptus nitens , ocurre lo contrario, ya que se encuentra una buena parte de su superficie en manos de terceros, pero desgraciadamente aún no se han podido desarrollar mercados de interés para la producción de madera aserrada .
– ¿Cómo se puede fortalecer el sector forestal en la región?
Es necesario invertir en más bosques, ya que constituyen la base de la industria forestal y permiten que ésta continúe creciendo. Esto se puede hacer a través de plantaciones y también incorporar el bosque nativo a la producción, que es lejos el mayor recurso forestal existente en el país, lo que lamentablemente hoy no está ocurriendo. Teniendo el recurso forestal básico, entonces nacen las distintas industrias que lo procesan.
– ¿Que otros factores además hay que tener en consideración para que la industria forestal crezca?
Cuando se cosecha un bosque, el 50% del volumen se aprovecha como madera aserrada. Esto significa que es necesario poder contar con otras industrias paralelas que permitan aprovechar el 50% de volumen restante (astillas, metro ruma y subproductos como aserrín), que constituyen la materia prima para la industria de celulosa, diferente tipos de tableros como de partículas, MDF u OSB o para energía.
– ¿Y qué se hace con ese volumen, si no existe una industria que la demande?
El negocio no va a ser rentable y simplemente nadie va a querer plantar.
– ¿Y en este sentido, cuál es el panorama en la región?
En la región existe una planta de tableros de OSB en Panguipulli, una de cartulinas en Valdivia y la de celulosa que ya está en el nivel máximo autorizado de producción y otras menores que utilizan residuos como aserrín.
No existe en la región una planta de generación de energía a partir de biomasa, aparte de lo que produce la planta de celulosa en San José de la Mariquina.
– ¿Qué pasa con el bosque nativo?
En el bosque nativo existe un potencial muy grande en esta región por la superficie con capacidad productiva que tenemos. Sin embargo existen problemas de infraestructura vial para el acceso al recurso; de orden administrativo y de restricciones legales ajenas a la realidad del bosque, que impiden su incorporación a un manejo forestal sustentable que permita un abastecimiento permanente y con ello el establecimiento de una pequeña o mediana industria en este rubro.
– Volviendo a la forestación… ¿Cómo ha aportado Corma a este proceso de potenciar el sector forestal en Los Ríos y Los Lagos?
La gestión gremial se ha enfocado en el ámbito de promover la inversión. Como CORMA hemos estado en conversaciones con los gremios agropecuarios y con CONAF para ver cuáles son las voluntades e intereses de parte de los agricultores y el apoyo para pequeños y medianos propietarios.
Para un agricultor plantar pinos hoy día significa que en 25 años más tiene un fondo de jubilación o bien en 15 años si quiere plantar eucaliptos.
Nosotros como Corma aspiramos a que en los próximos 25 años se alcance una superficie de 50 mil hectáreas de bosques en manos de terceros, lo que permitiría tener un sector más fuerte.
¿Cómo se puede proyectar un negocio a 25 años?
De aquí a 25 años puede pasar de todo, como ha pasado en los 25 años anteriores. Hemos tenido etapas en que los mercados han estado muy buenos y otros en que han estado muy malos, pero lo destacable de este sector, a diferencia de otros tipos de cultivos, es que los árboles no tienen una edad de corta exacta. Por ejemplo, si este año el mercado está malo los árboles se dejan crecer a la espera de mejores condiciones.
Existen además en esta región ventajas sobre otras y es que hay muy pocos incendios (principal enemigo de los bosques) y existe un clima y suelo favorable para un mayor crecimiento de los bosques.
– ¿Qué ocurre con las exportaciones en la región?
La región está lejos de los puertos de carga general por donde se mueve la mayoría del comercio exterior de Chile. Sólo tenemos el Puerto de Corral que está habilitado para exportar carga a granel (astillas) y en el que no recalan líneas navieras, que sí lo hacen en los puertos de la VIII y V regiones. Estamos a 500 kilómetros de los puertos de la bahía de Concepción y esto se transforma en una barrera de costos importante para poder exportar producción desde acá.
– ¿Cómo lo puede hacer entonces un productor que quiera exportar?
Hay varias formas hoy día, porque uno puede exportar en forma indirecta, yo no le recomendaría a un pequeño productor de madera seca o verde ir a buscar mercados a Taiwán o China ya que el costo de un viaje a esos lugares es muy alto. Actualmente existen en Chile empresas muy serias que compran madera en el mercado nacional y ellos mismos las exportan, también hay brokers o comisionistas que representan a varios pequeños y pueden armar volúmenes interesantes entre varios productores y vender en conjunto.
– ¿Cuál es el futuro para las empresas de menor tamaño?
El negocio forestal es a largo plazo, por tanto es de importancia una estrategia para aumentar la superficie de plantaciones, ya que hoy existe un porcentaje alto de éstas que están en dos o tres empresas grandes, las que venden a terceros, ya sean medianos o pequeños. Lo que ocurre es que para un empresario pequeño o mediano se le hace difícil crecer si va a depender de una materia prima que está concentrada en pocas manos y entonces le será complejo desarrollarse en el área industrial.
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