A comienzos del mes de noviembre, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) enviará un teléfono satelital al Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández, con el fin de hacer más expeditas y eficientes las comunicaciones del personal guardaparque que se desempeña en este sitio protegido del territorio insular, especialmente a la hora de enfrentar emergencias como temporales, terremotos, maremotos o incendios forestales.
“Van a tener una comunicación más rápida, por ejemplo, con la isla Alejandro Selkirk, que está situada a 184 kilómetros de Robinson Crusoe y a un día medio de navegación. Además, les permitirá un contacto más fluido con el continente, con las autoridades y el personal de nuestra institución”, explicó el director de CONAF en la Región de Valparaíso, Héctor Correa, sobre el uso del dispositivo.
Y agregó: “En el archipiélago se utilizan sistemas radiales y celulares, pero la experiencia nos ha enseñado que estos tienden a colapsar en situaciones de emergencia, por lo que resultaba necesario implementar un nuevo mecanismo para la transferencia de información”.
Correa sostuvo que el teléfono satelital tuvo un costo de un millón de pesos y que, en primera instancia, será ocupado en la isla Alejandro Selkirk durante el periodo de captura de langostas, que comienza el próximo mes y se extenderá hasta mayo.
Por su parte, el jefe del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de CONAF Región de Valparaíso, Claudio Ilabaca, destacó que este año también se enviaron dos vehículos buggies y dos cuatrimotos desde el continente al territorio insular, para facilitar el desplazamiento y el trabajo de conservación de la diversidad biológica de los guardaparques.
“Fue una gestión que se hizo en conjunto con el municipio de Juan Fernández la que posibilitó, a través de la glosa insular, poder aportar con 40 millones de pesos en equipamiento”, detalló.
Cabe consignar que el Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández está compuesto por las islas Alejandro Selkirk, Robinson Crusoe y Santa Clara. Fue creado el 16 de enero de 1935 y declarado Reserva Mundial de la Biósfera en 1977 por Unesco, debido, entre otras razones, a la gran cantidad de especies de flora y fauna endémica que alberga, tales como la Dendroseris gigantea, el lobo fino (Arctocephalus philippiii) y el picaflor rojo (Sephanoides fernandensis).
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