Los bajos precios de los productos, altos costos operacionales y burocráticos llevan al desinterés por realizar un manejo sustentable así como las trabas que genera hoy el sistema legal son algunos de los factores que contribuyen a la degradación que se ha producido en el bosque nativo en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. Así lo manifestó Helmut Keim, director del departamento de Bosque Nativo CORMA Los Ríos – Los Lagos, Vicepresidente Regional de la institución forestal y asesor en silvicultura por más de 25 años.
El directivo agregó que existe una tendencia cada vez más generalizada y más fuerte en querer ponerle candado al manejo del bosque nativo, es decir, evitar su utilización sustentable, por lo que de corregirse ciertas normativas, se podría beneficiar a miles de pequeños propietarios que hoy no pueden darle un uso a sus bosques, lo hacen de forma inadecuada o con bajísimos retornos.
¿Cuál es la situación del bosque nativo en el sur del país?
Si bien la superficie de bosque nativo se ha mantenido estable o incluso posiblemente haya aumentado a nivel de la macro región La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, la calidad de estos decrece anualmente. Debido a un aumento en la fiscalización y control y una mayor conciencia, hoy prácticamente no existe sustitución de bosque nativo. Sin embargo, el problema se produce a través de la degradación asociada a otros usos de este recurso, muchas veces a través del ganado. Esto lleva a una falta de regeneración de los bosques con el consecuente envejecimiento, pérdida de calidad de ellos, menor producción de productos de valor y baja capacidad de fijación de CO2.
Si bien en las últimas décadas el uso indiscriminado para leña fue un elemento de degradación importante, esta tendencia está disminuyendo. En gran medida por la sustitución de leña nativa por eucalipto por un lado y por la acción de control y apoyo a los pequeños propietarios por parte de CONAF, por otro. Sin embargo, mantener y potenciar el uso de leña nativa bajo un esquema de manejo sustentable seguirá siendo fundamental para permitir un racional y adecuado uso y mejoramiento de nuestro bosque nativo.
¿Cuál diría usted que es el principal problema asociado a este recurso?
Los problemas que tenemos para un adecuado manejo sustentable del bosque nativo son variados y es difícil ordenarlos en rango de prioridad, porque todos los bosques son diferentes y por tanto también lo son sus problemas. Sin embargo me atrevería a decir que el principal problema dice relación con el enfoque que da el marco regulatorio para el uso de este recurso y la extremada carga burocrática que significa. Esto, consecuentemente, genera una gran desmotivación en los propietarios de los bosques, en términos de realizar actividades silviculturales para su mejoramiento y manejo sustentable.
Por otro lado también son problemas importantes la deficiente red caminera, los bajos precios de los productos, la alta estacionalidad vinculada a las actividades que redunda en precarias condiciones de trabajo y la falta de continuidad en el abastecimiento a las industrias. Por último y no menos importante, la creación de un sello país para nuestros productos madereros del bosque nativo que permitan posicionarlo y valorarlo como se merece.
¿Por qué la ley de bosque nativo aprobada hace siete años no ha permitido revertir esta situación y promover el manejo sustentable?
Todo el sistema legal en torno al bosque nativo constituye una fuerte traba en términos de las exigencias y de las normativas y costo administrativo alto para los propietarios, que no se compadece con la situación de los bosques ni los resultados económicos que generan. Por eso no ha tenido el impacto esperado. Se requiere proponer una mejora a la actual normativa. Además, el sector público ha centrado todos sus esfuerzos en lograr la colocación de los incentivos que la ley considera. Pero, nunca un sector productivo se ha desarrollado en base a subsidios, si estos no generan un círculo virtuoso. Para que se genere un círculo virtuoso debe haber un objetivo, un horizonte y ese, el sistema actual no lo permite.
¿Cuál ha sido la mirada que CORMA ha tenido respecto de cómo lograr una mayor y mejor utilización de este recurso?
Al respecto estamos trabajando coordinadamente con otras organizaciones que se interesan por el recurso como Aprobosque (Asociación de propietarios de bosque nativo), CONAF, el Instituto Forestal y el Colegio de Ingenieros Forestales, con quienes intentamos resolver los problemas que consideramos importantes. Nuestro enfoque parte de la base que la sustentabilidad tiene 3 pilares fundamentales: el ambiental, el social y el económico. Nuestro diagnóstico dice que el actual sistema de planes de manejo no garantiza la sustentabilidad del manejo de los bosques nativos, no genera certidumbre y es extremadamente oneroso tanto para el estado como para propietario. Por otro lado, no existe una visión de estado como para posicionar al producto nativo como una marca país.
Por lo tanto, nuestra tarea está orientada en proponer medidas, revisar reglamentos y desarrollar sistemas innovadores y modernos de gestión y control que resuelvan los problemas antes indicados. Concretamente estamos desarrollando un modelo de Certificación Predial, totalmente innovador, que cambiará la forma de hacer control sobre la gestión de manejo sustentable. Esto generará certidumbre a los agentes económicos vinculados a la cadena de valor que permitirá sacar al bosque nativo como al hermano pobre del sector forestal chileno. Me atrevo a decir, que en ese escenario el valor de los productos de alta calidad de nuestros bosques sustentablemente manejados podrían verse incrementados en un alto porcentaje como retorno a propietario. Esto permitirá valorizar toda la cadena productiva y mejorar las condiciones de vida a quienes viven en el sector rural de nuestras regiones.
Se ha planteado que la Asociación de Propietarios de Bosque Nativo, Aprobosque, es un ejemplo en cuanto a manejo sustentable del bosque nativo, ¿Usted lo considera así?
Efectivamente es un ejemplo como institución dentro de la zona y el país en cuanto al liderazgo que han asumido en el manejo forestal sustentable de nuestro bosque nativo. Ellos están llevando a cabo una serie de actividades, agrupando propietarios y motivándolos, capacitando personal y realizando una serie de labores que no han sido realizadas por nadie. Asimismo, han aportado con argumentación técnica para así promover una mejora en la actual normativa.
¿Por qué cree usted que existe temor de utilizar el bosque nativo a través de un manejo sustentable?
Nuestro país tiene un sistema de administración centralizada. Entonces, es posible, que parte de nuestras autoridades que no viven el día a día en los bosques, tengan la idea de que manejar el bosque es empobrecerlo. Por otro lado, la historia de la fundación, colonización y desarrollo del país contó con la explotación minera de que fue objeto nuestro bosque nativo, lo que predispone al rechazo de cualquier manejo a mucha gente. Sin embargo, esta es una etapa absolutamente superada y de la cual todos hemos aprendido. Eso es pasado. Todas las evidencias apuntan a que un buen manejo es la mejor garantía de sustentabilidad.
¿Cuánto tiempo cree usted que podría tomar el cambiar esta visión?
Me atrevería a decir que el país, la industria, los empresarios y propietarios son capaces de poner en marcha un sistema de esta índole en un periodo de 2 a 10 años, tiempo que también se requiere para que a nivel de autoridades desaparezcan las aprehensiones y surja la confianza e interés, tanto en el sector privado como público. Nos hemos planteado el desafío de lograr avances sustantivos durante la presente administración.
Hoy el uso del bosque nativo es principalmente para leña, ¿qué diferencia existe al comprar este producto certificado?
Ciertamente hay una diferencia. Lo que se vende como leña certificada está manejado en función de la legislación vigente. Si bien eso no garantiza sustentabilidad, como planteaba inicialmente, por lo menos garantiza que no existe una extremada sobreutilización del recurso. Eso es un avance importante. Lo que se comercializa de manera informal, puede tener problemas de manejos silviculturales inadecuados con una consecuente degradación de los bosques.
¿Qué potencial tiene el bosque nativo?
Tenemos alrededor de 4 millones de hectáreas de bosques nativos productivos, los cuales podrían estar produciendo cifras por sobre los 10 metros cúbicos de madera por hectárea al año. Sin embargo, hoy estamos en un nivel muy bajo en relación a ese potencial productivo, con bastante seguridad menos de la mitad. Si consideramos que, por un lado, el problema ambiental más importante que tiene la humanidad hoy es el nivel de CO2 en la atmósfera, tenemos en el bosque nativo un inmenso potencial desaprovechado como capturador de CO2. Por otro lado, estamos perdiendo la posibilidad de aprovechar la mayor fuente de generación de riqueza rural que tienen nuestras regiones. En definitiva, debido a la estructura de propiedad de este recurso, el bosque nativo es la vía para democratizar el sector forestal chileno. Y esa posibilidad no la estamos aprovechando.
¿Quiénes podrían verse beneficiados con un mayor manejo de este bosque?
La estructura de propiedad del bosque nativo, especialmente el productivo, se caracteriza por estar muy atomizado. Por tanto, son muchos pequeños y medianos propietarios los que podrían verse beneficiados. Por otro lado un mayor manejo permitiría consolidar la industria, especialmente aquella orientada a productos de alto valor y nichos de mercado, tanto para el consumo nacional como de exportación. Pero, claramente el beneficio más notable sería la posibilidad que abriría para el desarrollo rural de nuestras regiones.
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