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El ruil y la tarea por preservar la existencia de un árbol único en el mundo

Tanto el mundo público como privado han implementado diversas iniciativas que han permitido no solo resguardar la especie que se encuentra en peligro de extinción y que se da únicamente en Maule, sino que además aumentar el territorio protegido.

Hace 36 años, en 1981, existían 800 hectáreas con plantaciones de un árbol que vive exclusivamente en la Región del Maule y que en la actualidad está declarado en peligro de extinción. Se trata del ruil (nothofagus alessandrii), especie nativa y que en 2003 ya había visto disminuida su superficie a 352 hectáreas.

Disminución alarmante que inquietó tanto al mundo público como privado, quienes a través de diversas iniciativas han trabajado para preservar una especie única en el mundo.

El pulmón de dicho árbol es la reserva nacional “Los Ruiles”, ubicada en las comunas de Empedrado y Chanco, creada en 1982 bajo la administración de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y que en 1995 fue declarada como Monumento Natural, lugar que atrae miles de visitas tanto de turistas como de investigadores y que se ha transformado en el centro de operaciones para trabajar en el rescate y preservación de la especie repartida en sus 45 hectáreas, que hace algunos meses llegó a una extensión total de 76 hectáreas gracias a un convenio con el Ministerio de Bienes Nacionales que integró dos predios fiscales (Las Piedras y Santa Ester de la comuna chanquina) al territorio protegido.

En el ámbito privado, CMPC ha realizado un largo y productivo trabajo de preservación de la ruil. El 2013 y con apoyo de la Universidad Austral, se elaboró un proyecto de restauración de la especie, con el propósito de aumentar la superficie en 139 hectáreas (donde pese a que su totalidad resultó afectada por los incendios forestales, milagrosamente quedaron todas sus plantaciones con vida) y que se transformó en Área de Alto Valor de Conservación (AAVC), llegando a la suma total de 312 hectáreas de bosque maulino con ruil bajo el cuidado de la empresa.

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Para el gerente de Tecnología y Planificación de la forestal, Jean Pierre Lasserre, “es una especie en peligro crítico de extinción y CMPC tiene dentro de sus valores centrales el desarrollo sustentable y el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales para no afectar a las futuras generaciones. Por lo tanto, consideramos necesario llevar a cabo iniciativas que permitan mantener y aumentar el hábitat de especies con problemas de conservación”.

Todo ello bajo el amparo de la legislación vigente, respetando los protocolos establecidos y aplicando los procesos de restauración validados por Conaf a través de un trabajo conjunto entre el mundo público y privado.

En ese sentido, Laserre asegura que incluso están abarcando otros árboles que se encuentran en riesgo de desaparición, tales como el toromiro en la Isla de Pascua; el michay rojo, planta rastrera con problemas de conservación que crece en la cordillera de la costa; el arbusto adesmia bijuga de la misma región del Maule; la araucaria araucana en la Cordillera de Nahuelbuta; el pitao en la Cordillera de la Costa; el queule, entre otros.

Rescate participativo

Trabajo similar está realizando Forestal Arauco. La empresa posee cerca de 300.000 ha de Bosque Nativo de las cuales más de 60.000 son AAVC. Además, cuenta con un ambicioso Plan de Restauración de Bosque Nativo que involucra 50.000 ha en zonas priorizadas desde la región del Maule hasta la de Los Lagos. Hoy se trabaja en la protección y restauración de más de 2.400 ha donde es posible hallar ruil junto con a otras especies nativas en la región del Maule.

“Para nosotros la especie ruil es una prioridad y tiene un capítulo importante dentro de nuestro plan de restauración”, señala Juan Anzieta, gerente de Medio Ambiente y Comunidades de Forestal Arauco. “Nuestros planes de restauración deben ser participativos, y es por eso que los estamos llevando a cabo en conjunto con otros actores públicos y privados relevantes a nivel nacional y local. Nos interesa de sobremanera que la comunidad se involucre en estos planes, ya que es la única forma de garantizar que estos se puedan sostener en el largo plazo”, señala.

Es así como se han estado realizando constantes monitoreos que permiten identificar y evaluar los sectores con regeneración natural de ruil y otras especies nativas para su resguardo y protección.

La idea es que las acciones llevadas a cabo por la compañía, tiendan a facilitar la restauración a través de la regeneración natural y plantación de las especies nativas, entre las que se encuentra el ruil como especie prioritaria, mediante la colecta de semillas, que son llevadas a los viveros de la empresa para la producción de plantas, el control de amenazas (ganado que se alimenta de los nuevos brotes y regeneración de especies exóticas). Para todo esto el compromiso de los actores sociales locales es muy importante por lo cual la empresa también impulsa una serie de viveros educativos en la región.

La tarea de preservación no es sencilla, por eso el director regional de Conaf en el Maule, Luis Carrasco, recalca que nadie sobra. “Hemos realizado un trabajo con diversos actores involucrados con esta especie, es así como la academia, privados, servicios públicos y por supuesto con pequeños propietarios, quienes han validado en talleres un plan de restauración de la especie, en el marco de las amenazas que hoy existen para el ruil”.

 

 

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