Una de las fallas detectadas tras la tragedia del 27 F fue el desabastecimiento de mediaguas. Decenas de viviendas fueron destruidas por el terremoto y posterior tsunami y no existió entidad pública o municipalizada que pudiera cubrir las necesidades habitacionales de emergencia que se suscitaron en ese momento. Razón que motivó al Departamento de Ingeniería de la Madera y sus Biomateriales de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, en conjunto con la Facultad de Arquitectura y Urbanismo a desarrollar un nuevo prototipo de vivienda de emergencia modular en madera.
El proyecto estuvo a cargo de Rose Marie Garay, directora de Ingeniería de la Madera y sus biomateriales de la Universidad de Chile junto algunos alumnos de la carrera y el equipo del Centro Tecnológico de la Madera de esa facultad, quienes postularon el proyecto a fines de 2010 siendo beneficiados con un Fondef de Conicyt.
Tan convencidos están de la iniciativa, que Rose Marie Garay se ha encargado de tocar varias puertas a nivel gubernamental y privado para explicar las ventajas de su propuesta de vivienda de emergencia y recordar, a su vez, en cada encuentro, que Chile es un país sísmico y que aún no se toma conciencia de la importancia que es tener un stock de abastecimiento, sobre todo en materia habitacional.
– ¿De qué trata esta propuesta de vivienda de emergencia?
El proyecto se llama "Desarrollo de bases técnicas y normativa para prototipo de vivienda modular con énfasis en soluciones de emergencia, bajo criterios técnicos, geográficos y económicos que mejoren su eficiencia y funcionalidad", comenzó hace tres años y tiene por objetivo aportar a resolver el problema que tiene nuestro país al no contar con un estándar fijo en materia de viviendas de emergencia. Evaluamos su calidad mediante la instalación de distintos prototipos en diferentes zonas climáticas de Chile, así pudimos determinar cuáles eran las verdades necesidades en materia habitacional.
– ¿Qué diferencia existe entre esta propuesta de vivienda de emergencia y una mediagua?
Lo fundamental es la fijación de criterios técnicos. En la mediagua no existen, existe una lista de materiales con la que se fabrica algo que resuelve una emergencia, pero que lo resuelve mal. Nosotros establecemos que primero se debe cumplir con confort térmico porque la gente habita en condiciones de precariedad por mucho tiempo hasta que encuentra la vivienda definitiva. Debe cumplir también con criterios acústicos porque viven en condiciones de hacinamiento, y desde el punto de vista de la resistencia del fuego, al menos debe cumplir con las mismas condiciones de las viviendas sociales, que en este caso la estructura da un tiempo de 15 minutos para escapar. En términos de comportamiento sísmico de resistencia mecánica, nosotros hemos estado ligeramente por debajo de la exigencia de una vivienda social pero eso ha sido algo consiente, porque si quisiéramos estar cumpliendo completamente con las especificaciones de vivienda social, seguramente los costos se elevarían. No es tanta la diferencia y no existe riesgo de que esto se pueda caer.
– Pero, ¿con qué especificaciones no se cumple?
Lo que no se cumple es por ejemplo que no puedan pisar simultáneamente 12 personas arriba del techo, algo que nunca pasa y menos en una vivienda con estas características. Esta casa resiste que pisen 3 personas simultáneamente el techo y con eso es suficiente porque todo lo que se requiere es una mantención. Nosotros estamos apuntando a que fijemos una condición mínima de habitabilidad, no nos importa el diseño o materialidad, lo que sí nos importa es que se cumpla con una habitabilidad mínima para la emergencia, dado que las personas tienen que permanecer más tiempo en estas casas de lo que se les dice.
– Y en materia estructural, ¿qué ventajas tiene?
Está fabricado en módulos estandarizados listos para armar, bajo el sistema StructuralInsulated Panel (SIP), es decir son paneles aislados. Además, cuenta con aislamiento térmico y acústico, durabilidad, ventilación, iluminación y habitabilidad de acuerdo a la normativa vigente en el país. El diseño matriz de la vivienda es de 24 m2, que puede ser ampliable dependiendo de los requerimientos de las personas. La dimensión de los módulos es de 1,22 m x 2,44 m mientras que el panel SIP tiene 64 mm de espesor en muro, los que se van instalando secuencialmente uno al lado del otro. El armado completo de la vivienda dura cuatro días, contando con 3 operarios.
– ¿Por qué eligieron la madera?
Es de madera debido a la gran cantidad de recursos que posee nuestro país y porque la industria maderera nacional cuenta con todas las capacidades para ello. La idea es dar con las mejores prestaciones técnicas, pero al más bajo costo posible, porque hay que considerar que son viviendas de emergencias.
– ¿Qué falta para materializar propuestas de emergencia como éstas?
Falta voluntad política y recurrir a la memoria colectiva de todos los chilenos porque nosotros no queremos que vuelva a ocurrir otra desgracia para que el ámbito político reaccione frente a esto, nosotros no estamos trabajando para o por el 27 F sino que estamos trabajando porque el contexto de la ocurrencia de desastres y catástrofes en Chile es permanente. Y es por eso que nos preocupa tanto el que se definan políticas adecuadas y fijar un estándar, que no existe, para las viviendas de emergencia.
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