“Chile es hoy reconocido como un país donde sus empresas producen limpio”

El CPL –que opera bajo el alero del Ministerio de Economía– tiene como principal objetivo generar instancias de diálogo y acciones conjuntas entre el sector público, la empresa y sus trabajadores, para difundir y –principalmente– establecer políticas que promuevan tanto la producción limpia como la prevención de elementos contaminantes en el sector productivo.

En la región del Maule cuenta con un Consejo Regional, presidido por el intendente, Hugo Veloso, y que además está conformado por las máximas autoridades de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, de Agricultura, la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), y del Medio Ambiente, por parte del mundo público. Desde el área privada se suman la Asociación de Exportadores (Asoex), la Cámara Chilena de la Construcción de Talca (CChC), la Asociación de Empresarios de Talca (Asemit), la Agrícola Central, la Asociación Gremial de los Industriales del Pan (Indupan), las Universidades Católica del Maule (UCM) y de Talca (UTAL), y la Corporación Chilena de la Madera (CORMA).

Conversamos con Osvaldo Alcázar, coordinador regional del CPL.

¿Cuáles son los principales desafíos para la administración 2014-2018?

Nuestro principal instrumento es el Acuerdo de Producción Limpia que, en materia de emisiones, es la única herramienta con reconocimiento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Durante diez años se ha avanzado una enormidad en cuanto al trabajo de investigación. Con esa información, ahora estamos en condiciones de implementar iniciativas piloto que permitan a las empresas acceder a estándares internacionales. 

Nuestra región ha sido pionera en este tema a nivel nacional. Incluso el Gobierno Regional aprobó un proyecto por 500 millones de pesos y nosotros como CPL aportaremos con otros mil millones, donde un tercio de esos recursos estarán destinados a iniciativas con las empresas más pequeñas, que son las que presentan mayores dificultades para acceder a este tipo de tecnologías.

¿Cómo se implementará este proceso en la región?

Ése es nuestro gran desafío. Ya creamos el Consejo Regional de Producción Limpia, quien dictaminará políticas de producción limpia para la región, con lo que evitaremos tener que acudir para esto al nivel central, que es la gran debilidad de este tipo de iniciativas. Contar con una institucionalidad fuerte nos permitirá privilegiar de forma más rápida las iniciativas que quieren las empresas e implementarlas en períodos que no superen los seis meses.

El primer paso ya lo dimos y fue la creación de una Agenda Regional de Producción Limpia, la que ya fue elaborada por el Comité y será lanzada en diciembre. En esta primera etapa invitaremos a 500 empresas para que participen, entre las cuales son fundamentales las forestales, ya que este sector es uno de los mayor relevancia para la región.

¿Qué se busca con todo esto?

Nuestra manera de operar es bastante simple. Como muchos de los diagnósticos ya están hechos, nos abocaremos a rubros tales como el maderero, hortofrutícola, apícola, la industria de las exportaciones, del vino. En ellas aplicaremos medidas para el uso eficiente del agua y para crear un nuevo ciclo de vida en materia de desechos, lo que permitirá disminuir los índices de emisión en el corto plazo. Todo esto trae un valor agregado, ya que producir limpio hace que las empresas sean más competitivas y aporten al cuidado del medioambiente.

Hablabas de un trabajo previo. ¿Qué tan importante son esos estudios?

En los últimos diez años se ha avanzado sustantivamente. En casi todas las industrias tenemos diagnósticos sectoriales, pero también está lo que se llama Mejoras Técnicas Disponibles (MTD), instrumento que nos ha permitido identificar qué necesita hacer cada industria para disminuir las emisiones. La información está y ha sido muy beneficiosa para la región. Lo que estamos haciendo ahora es canalizar esos datos para producir acciones concretas de reducción de las emisiones.

Por ejemplo, en la industria del pan sabemos que generando un cambio en la utilización de hornos convectores se permitirá una mejor combustión, lo que permitirá reducir en un 33% sus emisiones de gas en comunas como Talca, Curicó y Linares. Y actualmente estamos trabajando en un convenio con dicha industria para levantar programas que aporten al Plan de Descontaminación Regional en el corto plazo. 

Y la región del Maule, ¿Cómo está evaluada a nivel nacional?

Somos número uno en cantidad de empresas adheridas al Acuerdo de Producción Limpia y el rubro forestal no es la excepción. Hemos avanzado principalmente con el uso eficiente de la energía, del agua y con el ciclo de vida. 

Es en materia de valor agregado donde estamos al debe. Por eso a contar del 2015 implementaremos programas a escala, por ejemplo en el sector forestal, que permitan que una mayor cantidad de las empresas no solo hagan un uso eficiente de sus residuos sino también generen nuevos modelos de negocios que les permitan vender madera a cualquier lugar del mundo y creo que el Maule está condiciones de aumentar en un 80% el número de empresas adheridas al APL.

Respecto al trabajo con CORMA, ¿En qué consiste el Acuerdo de Producción Limpia suscrito con ellos?

El Acuerdo de Producción Limpia es el que tomamos exclusivamente con CORMA y este año estamos ya en una etapa de llegar a una siguiente auditoria.

El gremio forestal ha sido muy diligente y se ha juntado con todas las empresas para que se incorporen lo antes posible al programa. Mientras que nosotros hemos abierto las líneas para incentivar a otras empresas del sector forestal con el objetivo que participen de este programa o nuevas iniciativas que podamos acordar.

Actualmente con nuestros programas llegamos al 10% de los asociados que tiene CORMA. Por eso queremos implementar nuevas acciones que nos permitan quintuplicar el trabajo con ellos, como es el estandarizar procesos que ya existen. El rubro forestal tiene bastantes empresas donde los sistemas de producción limpia son un ejemplo para el país y la región. Sin embargo, estos procesos no están llegando a todo el sector y queremos aumentar la cobertura para que todas las empresas más pequeñas empiecen a asimilar las prácticas que tienen las más grandes.

¿Cómo se está avanzando en la materia comparado con otros países?

Estamos dentro de los nueve países –de un total de 20– de la OCDE que estamos cumpliendo con el compromiso de producción limpia y eso hay que destacarlo. Si bien es un acuerdo voluntario, como Gobierno y tal como lo dijo la Presidenta Bachelet en su último discurso en la ONU, tenemos un compromiso con el cambio climático. Pero además significa un plus para las empresas, ya que somos un país exportador y estas prácticas mejoran los estándares de calidad. Por eso hoy Chile es reconocido como un país donde sus empresas producen limpio.

¿Cuáles son los principales desafíos?

Queremos respetar los acuerdos tomados con la OCDE y llegar a la meta de seguir reduciendo nuestras emisiones. Pero además queremos que nuestra industria -nacional y regional- tenga un valor agregado por producir limpio, lo que no sólo aporta al medioambiente sino que la hace más competitiva.

¿Cuesta mucho convencer a los pequeños empresarios de que produzcan de forma limpia?

Actualmente, la adopción tecnológica es una necesidad imperiosa y ahí las universidades creo tienen mucho que decir. Si logramos que los empresarios de la región conozcan, vía unidades demostrativas y pilotos regionales, nuevas formas de producir limpio que les permitan reducir costos, de inmediato se comenzarán a acercar.

En estos tres años queremos lograr la mayor cantidad de experiencias para que ellos solos se vayan incorporando a estas maneras de producir. Queremos aportar con la reducción de emisiones en el área productiva en un 13%, tal como lo dice el plan de descontaminación, pero lo más importante es que estamos convencidos que el piloto lo comenzaremos con 500 empresas y pretendemos terminar con 10 mil de acá al 2018.