El Banco Mundial, la consultora Winrock Internacional y la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) de México organizaron un taller donde la Corporación Nacional Forestal (CONAF) intercambió sus experiencias en materia de monitoreo forestal, cambios de uso de la tierra e inventarios para proyectar a futuro las emisiones de GEI, atribuidas a deforestación, degradación de bosques y forestación.
Lo anterior, dado a que los países en vías de desarrollo interesados en participar del Fondo de Carbono, como es el caso chileno, deben, entre otros elementos técnicos, cuantificar el potencial de reducción de emisiones que podría a futuro vincularse a esta iniciativa mundial, obteniendo pagos por resultados una vez que se ejecuten las actividades forestales que se definan para estos propósitos, buscándose aumentar los ingresos campesinos por la venta de las reducciones.
El programa deberá contener la contabilidad de carbono de grandes territorios de bosques, como los mediterráneos, templados, e incluso suelos factibles de forestar, pasando de los clásicos proyectos individuales a enfoques sub-nacionales o escalas jurisdiccionales administrados por un ente estatal. Datos que serán validados internacionalmente no sólo por lo que contempla el marco metodológico del Fondo de Carbono para aquello, sino que también por los principales estándares de certificación de bonos de carbono del mercado voluntarios como lo son Verified Carbon Standard (VCS), The Climate, Community & Biodiversity Alliance (CCBA) y Gold Standard Foundation (GSF), entidades con las que CONAF mantiene acuerdos de cooperación técnica para que apoyen y acrediten el trabajo que se hace a nivel nacional.
“La importancia que tiene para Chile participar del Fondo es que estamos atrayendo un poder comprador adicional de reducción de emisiones que se generen y certifiquen en los bosques chilenos. Apenas cinco países en vías de desarrollo están contemplados participen de este mecanismo y precisamente Chile está buscando un cupo para acercar estos beneficios a los pequeños propietarios de bosques y suelos factibles de forestar”, comentó Ángelo Sartori, Jefe Nacional de la Unidad de Cambio Climático de la Gerencia Forestal de CONAF.
Esta iniciativa se enmarca en la Estrategia Nacional de Bosques y Cambio Climático (ENBCC), que lidera CONAF, y que busca potenciar el rol de los boques en la mitigación de los GEI y también con un claro alcance en el concepto de adaptación a este fenómeno. El país tiene un compromiso internacional de reducir sus emisiones de GEI en un 20% al año 2020. Acuerdo que suscribió ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
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