Rico en proteínas, grasas insaturadas, vitamina E, fitoesteroles y minerales, el llamado piñón de pino o mediterráneo destaca no solo por su alto nivel nutricional, sino además por ser el fruto seco más caro del mundo, con estatus de alimento exclusivo, comparado incluso con el caviar.
España, Turquía, Portugal e Italia son los principales productores en el viejo continente que otorgan- al también conocido “diamante de los frutos secos”.
La directora del Centro de Investigación y Desarrollo de Alimentos Funcionales (CIDAF) de la Universidad de Valparaíso, Mariane Lutz, ahonda en las propiedades de este desconocido fruto, destacando que “se puede considerar su alto valor saludable, ya que además de los nutrientes contiene compuestos que benefician la salud de las personas, como fitoesteroles y antioxidantes, entre otros”. De esta forma, se ha establecido que junto a la reducción de riesgo cardiovascular, el llamado “oro blanco” posee propiedades saludables únicas.
“Contribuye a mantener nuestra salud y reducir factores de riesgo de enfermedades. En el caso del piñón de pino, tiene componentes que ayudan a un buen manejo de los lípidos corporales, los niveles de glicemia, la presión sanguínea, entre otros”, agrega la investigadora.
Salsa de pesto, guisos, pasteles e incluso helados son parte de las principales preparaciones que tienen al piñón mediterráneo como ingrediente básico y de fácil elaboración. A diferencia del piñón de araucaria, no requiere cocción, lo que permite aprovechar la totalidad de las bondades nutricionales de este aromático y sabroso fruto.
La apuesta chilena por el pino piñonero (Pinus pinea)
Cada año se producen en el mundo cerca de 30.000 toneladas de piñón de pino con cáscara, siendo casi el 50% de la producción aportada por España. Los especialistas indican que el crecimiento de la industria es exponencial, del orden del 7%-8% anual de demanda y con un valor por kilo del piñón blanco (pelado) que oscila entre los 20 a 45 euros.
Actualmente, sólo el 4% del peso de las piñas que se cosechan corresponde a piñón blanco. No obstante, desde Europa ya comienzan a mirar otros destinos para cultivar esta especie, debido a que la producción de pino se ha visto mermada por los efectos de una plaga que está afectando a las plantaciones de este árbol y que es un insecto denominado Leptoglossus occidentalis.
Este escenario plantea insospechadas oportunidades para nuestro país, considerando que este árbol está presente hace más de 100 años entre Coquimbo y Los Lagos. Según cifras de INFOR, en Chile existe una superficie potencial de 8,7 millones de hectáreas aptas para el cultivo de la especie. De ésta, 1,2 millones de hectáreas serían de alta productividad frutal, y más de 3,6 millones de hectáreas de productividad media.
La jefa de proyectos del Instituto Forestal, INFOR, Verónica Loewe, lleva más de dos décadas investigando en nuestro país el desarrollo del pino piñonero.
Hasta el año 2013 había 100 hectáreas de plantaciones muy fragmentadas en Chile, a las que se han sumado en los últimos tres años nuevas plantaciones orientadas a la producción de piñón, que sobrepasan las 650 hectáreas, concentradas entre el Maule y Biobío.
“La producción mundial no alcanza a satisfacer el consumo, y en Chile la especie presenta condiciones fantásticas de crecimiento y producción. Hay una coyuntura de mercado internacional que permite que Chile se convierta en un proveedor mundial importante”, sostiene Verónica Loewe.
El presidente y administrador de la Agrícola y Forestal Los Chacayes SpA, Cristián Jara, es uno de los productores nacionales que está apostando al negocio del piñón mediterráneo en Chile. En la comuna de Coihueco, Región del Biobío, plantó 20 hectáreas de esta especie arbórea entre los años 2015 y 2016.
“Los investigadores del INFOR han desarrollado importantes esfuerzos, pero ahora corresponde que los productores recojamos el guante. En mi caso, me contacté este año con Agromen, a quien compré las plantas- que decidí plantar de 2 años – y probé en siete sectores distintos, diferenciados por su disponibilidad de agua y calidad de suelo”, relata Jara.
Ex agregado agrícola chileno ante la Unión Europea entre 2011 y 2014, ve un futuro promisorio para la producción del pino mediterráneo en Chile, avalado no sólo por condiciones sanitarias óptimas, sino además por “la contra estación, que puede traducirse en un producto más fresco, que puede llegar a los consumidores seis meses antes, en algunas fechas importantes, y también nuestra disponibilidad de agua, cada vez más escasa en la agricultura mediterránea”, subraya.
Otra de las ventajas que destacan las investigadoras de este fruto, es que mientras en Europa los ejemplares de esta especie empiezan a producir a los 15 a 20 años, en Chile la producción se inicia entre los 7 y 12 años según el sitio, manejo y tipo de plantación.
“Se ha caracterizado al piñón desde el punto de vista nutricional y no presenta diferencias significativas con el piñón producido en las zonas de origen. Entonces tampoco puede haber barreras arancelarias hacia nuestros productos”, precisa la jefa de proyectos de INFOR.
Especie versátil
Verónica Loewe plantea que el pino piñero es muy versátil, ya que puede ser cultivado en huertos especializados, empleando plantas injertadas, con lo que la producción se adelanta a los 5-7 años, a la vez que se homogeniza la calidad y se simplifica mucho el manejo, o bien puede ser complementario a otro tipo de cultivo agrícola.
“Puede que un propietario con elevada capacidad de gestión y capital haga un huerto tipo frutal intensivo, con plantas injertadas, con riego, con manejo frutícola, pero también que otro mediano o pequeño propietario establezca plantas de semilla asociadas a ovejas o cultivos intercalados en la interfila durante los primeros años. Lo importante es que no existe una receta, pero puede diseñarse una plantación adaptada a la realidad y a lo que acomoda a cada uno”, agrega la investigadora.
Proyecto estrella
Entre 2012 y 2015 junto a la Universidad de Valparaíso y con el apoyo económico del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico Tecnológico, FONDEF, INFOR ejecutó el proyecto de “Desarrollo de técnicas de manejo para producir piñones de pino piñonero” (D11I1134), que recientemente fue reconocido como uno de los mejores 25 proyectos en la historia de FONDEF.
En este proyecto participó ODEPA como mandante y algunas empresas y propietarios, así como la empresa italiana Daniele Ciavolino e Figlio, principal productor mundial de este piñón, que está muy interesada en adquirir la producción nacional, por lo que ha ofrecido contratos de mediano a largo plazo para la compra de la materia prima. Es decir, antes de plantar ya la producción podría estar vendida.
Parte de los resultados de este proyecto se han plasmado en la publicación del libro “Un nuevo cultivo para Chile: el pino piñonero”.
“Es como una quimera, porque se trata de un pino, que además produce un fruto muy preciado. Es una maravilla de la naturaleza. Se cosecha en invierno cuando la maquinaria está desocupada y hay menos demanda por mano de obra. Es un fruto seco y no hay la urgencia de una comercialización inmediata”, destaca la jefa de proyectos de INFOR.
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