La madera reforestada es una riqueza de Chile hasta ahora destinada preferentemente a la producción de celulosa y a la exportación de madera aserrada y de placas de diversas características. Aunque se advierte un lento y creciente interés por usarlo en la construcción, es todavía bajo si se compara con el auge que ha tenido en otros países también dueños de bosques, como son, además de los escandinavos, Canadá, Alemania, Austria y Suiza, por ejemplo.
Sin embargo, es sabido que existe en Chile una larga tradición en el uso de la madera para viviendas y edificios en general. Sobre todo en las regiones de la Araucanía y Los Lagos, y en algunas zonas costeras, como Valparaíso, declarada Patrimonio de la Humanidad. En estas zonas se ha valorado la madera en residencias, hoteles y servicios, entre otras obras construidas en la segunda mitad del siglo XIX e inicios del XX. Muchas aún vigentes y operativas, lo que demuestra que la durabilidad de la madera va mucho más allá de los 50 años que se suponía.
Cabe recordar que la costumbre de construir con madera fue desplazada por la albañilería en el siglo pasado, después de los grandes incendios de Valparaíso (1906) y Valdivia (1910) que arrasaron gran parte de ambas ciudades. Influyó también que en ese momento se imponían en el país las líneas más modernas de la arquitectura, las que utilizaban la albañilería reforzada por medio de pilares y cadenas de hormigón armado. En ese marco comenzaron a ser reemplazados la rugosidad del revestimiento en madera y los ventanales verticales de gran altura, por fachadas lisas y ventanales horizontales.
Para reencantar a un público masivo con la madera, es preciso concebir una estrategia de difusión a través de los diferentes medios e instancias y también dar a conocer a la ciudadanía las cualidades de una vivienda en madera construida con nuevas técnicas aun poco conocidas como son, los tableros constituidos por tablas unidas por medio de clavos, o por medio de tarugos de madera y los tableros conformados por tres o cinco capas de tablas entrecruzadas conformando un contrachapado de tablas (cross laminated timber, CLT), tecnologías que se usan con éxito actualmente en los países europeos.
Tenemos que insistir en planes promocionales que destaquen las ventajas de este tipo de estructuras, su alta resistencia al fuego (90 minutos), su excelente comportamiento como aislante térmico superando a las normas actuales térmicas, su buen aislamiento acústico y la facilidad en la prefabricación en industrias y montaje de elementos de gran dimensión, en tiempos reducidos y con poco personal. En una semana, se arma la obra gruesa de una vivienda de dos pisos.
Tenemos la materia prima en abundancia –plantaciones forestales- y somos muchos las universidades y centros de estudio que estamos generando la tecnología y especificaciones técnicas para usar intensivamente la madera en el mercado chileno, constructivo. Corresponde ahora hacer los esfuerzos para fomentar la edificación en madera y lograr que nuestros compatriotas vean y utilicen este recurso como un material constructivo preferente y seguro.
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