El Decano de la Facultad de Ciencias Forestales, Dr. Manuel Sánchez, destacó la visita gracias al trabajo en conjunto desarrollado con entes gubernamentales, en este caso, el Fondo de Innovación para la Agricultura (FIA) a través del Instituto Forestal (INFOR), fue quien organizó esta iniciativa para desarrollar programas de conservación de recursos nativos, “este trabajo se ha concretado con la metodología del Dr. Boshier, el cual ya ha implementado a nivel mundial. Así es que estamos muy contentos de tenerlo aquí, de esa forma las personas que trabajan en el área de conservación de recursos nativos podrán acceder a este conocimiento, pero con una perspectiva nueva, de utilización de los recursos bajo un enfoque sustentable”, señaló.
En la charla expuesta, el científico señaló que los recursos genéticos forestales son imprescindibles para que los árboles puedan adaptarse y evolucionar como lo han hecho hasta hoy en día. “Son fundamentales para la adaptación al futuro, sobre todo pensando en el cambio climático, éstos pueden ser afectados por el ser humano, por lo tanto un mal manejo puede reducir los recursos de alguna especie en específico”, señaló. Así mismo, manifestó su interés por combinar el uso de los recursos sin perjudicar la conservación, “el objetivo es que como seres humanos podamos aprovechar sus beneficios, pero al mismo tiempo permitirles a estas especies adaptarse hacia un futuro”, destacó.
Tomando en cuenta los desafíos de este equilibrio, el Dr. Boshier señaló que en las áreas protegidas se conservan grandes cantidades de especies arbóreas, sin embargo existen estas especies en tierras agrícolas donde no se encuentran protegidas, “es aquí donde debemos pensar cómo conservar dentro de un paisaje altamente perturbado, facilitar su conservación y no perder sus recursos”, destacó. En este contexto, el científico presentó la experiencia de investigación en la Región del Maule con la especie nativa queule, la cual se encuentra amenazada, y está presente en terrenos agrícolas. En ella, han investigado el rol que cumplen estas especies en los ecosistemas en relación a las interacciones para su conservación, determinando que los polinizadores logran movilizarse, que los fragmentos de bosque no están aislados genéticamente y ayudan en la conectividad genética.
Según datos de la FAO estos recursos genéticos forestales se encuentran sujetos a crecientes presiones y a una utilización insostenible, debido al insuficiente conocimiento y valorización que se posee en los distintos países; en la mayoría de ellos no existen listas de comprobación de especies, mapas de distribución o catálogos de materiales reproductivos forestales. Mediante un informe de la organización, el cual abarcó el 76% de la superficie terrestre y 86 países –incluido Chile-, se estableció que son 8 mil las especies arbóreas que son catalogadas como prioritarias y de interés debido a su grado de amenaza, y un ¾ de las especies con las cuales se trabaja crecen en bosques regenerados naturalmente, es decir, se están conservando in situ. La conservación ex situ es complementaria y depende del tipo de especie de interés para el ecosistema y la situación socioeconómica del sitio en específico. Por último, con este informe, la FAO ha estado trabajando en la necesidad de una estrategia de conservación, utilización sostenible y desarrollo de estos recursos, para desarrollar un Plan de acción mundial.
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