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Biomasa forestal: una energía renovable con proyección en Chile

  

La industria forestal posee una capacidad de 900 MW como producción energética propia y 470 MW son excedentes que se inyectan al SIC entre Maule y Los Ríos, con un total de 19 plantas.
Comenzó como una forma de generar energía al interior de las plantas de celulosa mediante los desechos del proceso forestal y los residuos de la propia producción. Sin embargo, el valor agregado de la biomasa forestal es el autoabastecimiento y la inyección de electricidad que entrega al Sistema Interconectado Central (SIC), lo que la ha posicionado como una de las Energías Renovables No Convencionales ERNC, con mayor proyección.
 
Así lo establece el estudio que realizó el Ministerio de Energía, la Corporación Nacional Forestal CONAF y la Universidad Austral de Chile, donde se concluyó que en la zona comprendida entre las regiones de Coquimbo a Los Lagos, existe un potencial de generación de 2.129 MW, tomando en cuenta la superficie potencialmente aprovechable con fines energéticos.
 
Actualmente, la industria de generación a biomasa forestal  posee una capacidad de 900 megawatts como producción energética propia y 470 MW de excedentes se inyectan al Sistema Interconectado Central en la macrozona comprendida entre Maule y Los Ríos, con un total de  19 plantas. Estos son parte de los números que registra el sector forestal y que lo han posicionado como líder entre las ERNC con mayor participación en la matriz energética. 
 
De acuerdo al reporte de mayo del Centro de Energías Renovables (CER), la biomasa forestal representa un 45% de las ERNC que se están utilizando en el país, sobrepasando a las eólicas, mini hidro, biogás y solar. 
 
Un ejemplo es el holding Arauco, que mediante su unidad de negocios Bioenergía y sus plantas industriales utilizan su biomasa forestal como un combustible renovable para sus calderas, cogenerando el vapor y la electricidad requeridos para sus operaciones industriales. 
 
La cogeneración, a partir de esta fuente, permite una alta eficiencia térmica la que puede acercarse al 80%. De esta forma, Arauco Bioenergía se enfoca en la comercialización de los excedentes de energía eléctrica generada en sus complejos, que en 2013 alcanzaron a los 214 MW inyectados al SIC. Este aporte energético proviene de  8 plantas industriales y dos unidades de respaldo.
 
Según el gerente de Asuntos Corporativos  y  Comerciales de Arauco, Charles Kimber, el tiempo le dio la razón al conglomerado ante la determinación de ingresar al negocio de generación eléctrica. “La decisión de haber creado una filial que participe en el negocio eléctrico a través de ERNC, aportando con excedentes de energía al SIC, fue tomada hace unos 17 años lo que confirma nuestra visión estratégica”, expresó el ejecutivo.
 
Además, en esta línea de negocio destacan “ganancias ambientales” como las que producen seis plantas de cogeneración en Chile registradas como proyectos de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI): cinco bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), del Protocolo de Kioto y una sexta registrada en el mercado voluntario bajo el estándar VCS (Verified Carbon Standard),  procesos que permitirían reducir anualmente alrededor de 800 mil toneladas de CO2. A la fecha, la generación de energía eléctrica a partir de biomasa renovable, neutra en carbono, le ha permitido a Arauco obtener más de 2 millones de Certificados de Reducción de Emisiones, los cuales pueden ser transados en el mercado internacional.
 
Ahorro de costos
 
Tras el crecimiento sostenido que ha experimentado la biomasa forestal como fuente de generación entre las ERNC, el ministro de Energía, Máximo Pacheco, destacó sus  beneficios señalando que “contribuye a la reducción en la emisión de gases efecto invernadero, la seguridad del suministro energético con ahorros en los costos de energía, oportunidades de desarrollo económico local y oportunidades en el manejo o reducción de residuos”.
 
Además, Pacheco la calificó como una de las ERNC “más estables presentes en el país, capaz de producir energía en forma continua, dado que no depende del viento, radiación solar o disponibilidad hídrica”. En este sentido, recalcó que esta producción incluso puede funcionar con abastecimiento a partir de otras materias primas como desechos agrícolas. 
 
“La biomasa, junto con la geotermia y la concentración solar de potencia, son las energías renovables que pueden operar bajo un modo de cogeneración, correspondiendo a una mejora en la eficiencia al recuperar el calor que, de otra manera, se desperdiciaría. Es una alternativa muy segura y tiene el beneficio de no ser intermitente como otras ERNC”, comentó.
 
Por otra parte, el secretario de Estado resaltó los estudios que han realizado como Ministerio junto a CONAF y la Universidad Austral, los que han establecido que en la zona comprendida entre Coquimbo y Los Lagos existe un potencial de generación de 2.129 MW, tomando en cuenta la superficie eventualmente aprovechable con fines energéticos. Por ello, Pacheco cree que esta fuente de generación es primordial dentro de las políticas públicas en este ámbito. “La Agenda de Energía establece, en su tercer eje, que las ERNC representan una oportunidad para promover el acceso a una energía limpia y eficiente y la biomasa no es una excepción”, expresó. 
 
La experiencia de COMASA
 
A pesar que las materias primas más comunes dentro de este tipo de producción eléctrica son desechos de bosques y del agro, la empresa de La Araucanía, COMASA, recopila los residuos de los aserraderos cercanos a su planta en Lautaro para producir energía. Así lo comentó su gerente general, Rodrigo Izquierdo, quien cuenta que operan desde 2011 con un complejo y están próximos a iniciar otra generadora que tendrá como insumo desechos agrícolas del cultivo de cereales y que entre ambas serán capaces de generar al menos 47 MW. 
 
Izquierdo proyecta que la inserción de la biomasa para producción de energía se perfila bien, siempre y cuando asegura “se den facilidades, porque la sociedad tiene que darse cuenta de la energía que tiene, pero sí se deben fomentar y dar un premio a estas energías limpias”. En este sentido, el gerente general de COMASA cree que además de crear condiciones para el desarrollo de biomasa forestal, se debe apuntar a la capacidad de “sacar la energía, poder distribuir y transmitir”.
 
 
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